martes, 15 de julio de 2014

Quien nos quita lo bailado?

El 12 de Junio arrancó la fiesta ansiada por muchos, la que entretiene a los de turno, la que convoca a los que solo preguntan "cuando era que jugaba Argentina?" y también la que no genera interés, para otros. Cuando empezó muchos tenían fe en nuestro equipo, otros no tanto. Era el Grupo F, imposible no clasificar ... hasta que nos enfrentamos con Bosnia. Sufrimos para conseguir un 2 a 1, lo que no sabíamos era que ese temblar, ese "¡¿cuanto falta para que termine por dios?!, ¡4 minutos de alargue!!!!!???" iba a repetirse en cada encuentro. Llego Irán, 11 soldaditos rojos que no se movían de su área pero que al minuto 90 el 10 nos cambió la historia, bocanada de aire ante el 1 a 0. Pasamos a Nigeria con un movidito 3 a 2, llegando así a Octavos. "Brasil decime que se siente tener en casa a tu papa" se termino haciendo nuestro himno y sonó muy fuerte frente a Suiza y retumbó más contra Bélgica, se sentenció frente Holanda y se bautizó contra Alemania. Vencimos a Shaqiri con un "angelito" de la guardia que apareció casi sobre el minuto 120; vimos como nuestro "gigante" Masche se imponía frente a esos belgas que lo miraban por arriba, el problema era que ellos no sabían quien los miraba de abajo...; sentimos estallar nuestras pulsaciones cuando Chiquito Romero le dijo No a Holanda con sus puños de acero (tenías razón Masche, Romero iba a hacer historia) y creo que no tuvimos pulsaciones cuando Robben quiso terminar el partido y el capitán del pueblo tapó esa pelota, no pudiste inventar otro penal. En el día que cumplíamos 198 años de independencia nacional el equipo de Sabella nos clasificó para la final de la copa. Cuánto hacía que no cantabas el "oh oh oh oh oh ooohhhhh" con tantas ganas? Que no gritabas y saltabas como si fueras un loco y que nada te importara? Que no te sentías identificado con los jugadores que festejaban y sonreían frente a esa hinchada argentina, que hacía locales los estadios brasileros? Y llegó la final, con entusiasmo, con temores por un Alemania que había goleado a un Brasil conmocionado, con tantas promesas si Argentina salía campeón.... Fueron cuatro días de fiesta, palpitando que volvíamos a estar en una final del mundial, después de 24 años, la primera final para muchos, que no sabíamos a que sabía, que se sentía tan bien y la tan esperada por los que alguna vez vieron levantar la copa de tu país y querían volver a verlo.
No se pudo, no tenía que ser. Argentina tenía todo para ganarlo, tenía hambre, tenía tantas ganas que no vimos al equipo temido del 7 a 1, vimos un Alemania que cuando encontró una posibilidad nos quitó el sueño a minutos del final pero fue solo eso. Hubo errores, falta de suerte, favoritismos... en fin, eso ya no cuenta, pero estuvo tan cerca, fue tan real...
Quise escribir esta columna porque este mes del mundial viví algo que todavía no puedo explicar, me llevó a compartir jornadas enteras de mateadas y  picadas con mis amigos; el hablar con cualquier persona sobre lo que estaba sucediendo, sin tener prejuicios; fue la excusa para ver los partidos con mi viejo, comentarlos y machetearnos el fixture, el uno al otro, como chicos; la revolución en el laburo haciendo andar la antena, otros preparando mate y cubriéndonos mutuamente para que todos disfrutemos de Argentina, como un equipo; la inmensidad de cadenas alentando y puteando, para vivirlo y sentirlo con los que tengo cerca y no tanto; las miles de historias de argentinos que se fueron a Brasil a alentar a la selección con lo que tenían, en auto, en bici, a dedo, durmiendo en las playas, autos, colmando las calles de un Brasil invadido por la celeste y blanca y haciendo sentir sus cánticos de cancha por arriba de la conducción de cualquier relator, piel de gallina; y una selección, que me hizo sentir muy argentina, muy representada,
orgullosa.
No sé que te generó a vos, pero yo no me olvido más de este mes. Lamentó únicamente los disturbios que
ocasionaron los inadaptados de siempre, eso no representó lo que salimos a cantar y a festejar como pueblo argentino. Por todo lo demás gracias selección, gracias Argentina, a mi nadie me quita lo bailado...

Por Noelia Pérez

jueves, 30 de mayo de 2013

Diario de una mujer enferma!

Ok, ok, ok. Uno a veces se presta para enfermarse, no todo viene solo, como los años (va... ponernos viejos también nos hace enfermarnos más). El lunes salí de trabajar y dije voy a descargar toda la furia contenida del trabajo en el gimnasio. Notaba que estaba medio cansada pero pensé que igualmente me haría bien para despejar la mente. No conforme con hacer una hora hice dos. Bien! que grosa! Llegue a mi casa y me sentía peor. Es ese momento en donde decís porque vivo sola y no esta hecha la comida y tenes que hacer todo, bueno en fin, y al momento sabes que podes comer cualquier pavada, bañarte y acostarte (momento de vivir solo que es feliz pero cada tanto uno se olvida). El martes te levantas diciendo "hoy voy a estar mejor". Mentira!!! Me dolía todo pero fui a trabajar igual. Obviamente salí peor, encima tan loca y tan enojada que me metí en la cama y no me podía dormir pensando en todas las cosas que tenía que hacer y el día maldito que había tenido (es el momento femenino donde uno solloza, llora un poco, quiere que la mimen y se da cuenta que esta un poquito grande y media pelotuda). Hasta que me dormí, dormí y dormí hasta que no tuve más sueño y miré el reloj. 9:30 de la mañana. Con qué necesidad no tenía más sueño? Bueno, con la necesidad de que uno tiene el reloj biológico dicen y se despierta o esta viejo (siempre se vuelve al comienzo vieron?). Se me ocurrió llamar a mi papá y se ofreció a cuidarme. Bien! genial! ya tenía la lista de cosas para pedirle que me haga. Llegó, me trajo la comida (obviamente comida de enfermo) y... se sentó y se puso a ver la tele. Ahhh mirá vos, bueno, pá no me ayudas con tal cosa? y te dice ahora voy (nunca vino), con lo cuál yo siendo la enferma tuve que ponerme a cocinar  (es toda una entidad estar enfermo, es sinónimo de que te presten atención, o no?) . Bueno, esperabas que lave los platos??? Noooooo. Se me ocurrió decirle de ver una peli y que me acompañe al médico. Vió la mitad porque se quedó dormido y al médico no me acompañó porque se le hizo tarde. En fín, me hizo compañia, algo es algo no?
Al otro día me levantó y voy a la guardia. Ir a la guardia implica tomarte un remis, esperar que te atiendan. Mientras uno espera mirá y mirá a la gente que esta convaleciente como yo. Pero yo no los veía muy convalecientes. Las minas super arregladas y yo en joggin con mis ojeras o mis ojeras y yo. Entrás a ver al médico de guardia que tiene tanta dulzura como un pomelo rosado. Le contás todo, esperando una respuesta, contención. Nada. Te hace una receta, le preguntas que tenes, te dice "gripe" y chau. Y la receta tiene tres cosas. Te cruzas a la farmacia de enfrente, que haces la fila y cuando llegas a caja te dice que no atiende tu obra social, que bueno, vamos a la otra (te tapas todo porque tenés que hacer tres cuadritas con el fresquito de la mañana y no podes chupar frío, dice la abuela). Media hora parada esperando que llamen 10 números. Después se quejan de los bancos! Bueno me atendieron y mientras pagaba los más de cien pesitos que me salió la gripe el hombre mayor que estaba al lado mío pidiendo viagra (en realidad su droga, el Sildenafil), mirá vos (es un comentario que no suma pero quería que este). Salgo, me voy a la remisería que me dice que me hace precio porque sabe que la gente que anda por ahí esta enferma y esta todo caro (me cobro lo mismo que el que me llevo, osea que además de mentiroso me vio con cara de destruida) y nuevamente a casa, a guardarse. Te quedas haciendo cositas sencillas o simplemente nada, porque es el momento en el que podes estar en tu casa y hacer cosas pero no tenés ganas. Te conectás para hablar con alguien pero te das cuenta que están todos ocupados (la mayoría) y la película nueva que bajé esta grabada en el cine y se ven las cabecitas y se escuchan las risas. Que hago entonces? Duermo. Bien, me acuesto dormir y cuando concilio el sueño me llama papá, con sus quilombos. Corto, me quedo descansando y luego llama la dulce abuela, que me pide que no salga a la noche  (sí, con esta cara, adonde?) y que por eso es importante tener novio y no estar solo (no es el momento pero me la tiene que mandar, claro).
Y con ésto se fue el día y se me ocurrió ponerme a escribirlo. No es fácil estar en cama, en casa y enfermo. Tampoco ir a trabajar. Será que no hay nada que nos venga bien? O que estamos viejos y quejosos?? o que la que está vieja y quejosa soy yo? En fin, diario de una mujer enferma, o mujer sola y el enferma es tácito??? jajajaja

sábado, 4 de mayo de 2013

Dígale no a la coleccionista de bolsas de locales de ropa

Fotografía Felicitas Raña
http://felifotografia.wix.com/me  
Podría decir que volví a escribir por inspiración. No. Podría decir por necesidad. No, pero esta más cerca. Por hurgar en el baúl de cosas aprendidas y que nunca aplique. Cerca, pero no. Porque me obligaron? Sí, por eso. Obligación de una amiga para que arranque, es con buena intención, pero me obligo. En fin, "necesitaba" de un empujoncito para encontrar "las cosas aprendidas que quería aplicar" y llegar a la "inspiración". Gracias Fe!
El título es robado. Como no sé si la autora de la frase quiere que la nombre la dejamos en el anonimato, pero gracias. Me acerca a lo que quiero escribir. Tema de hoy: "los odios".
Todo comienza porque me dí cuenta que odio muchas cosas y dije "no debo ser la única que odie muchas cosas, lugares y gente". Y está mal odiar? No señores, a veces es saludable. Y lo voy a fundamentar (o algo así).
Odio a la gente que te habla, no le contestas y te vuelve a hablar y te pregunta cosas como "¿como estas?" y le decís "bien" y te vuelve a decir algo. Pero mi "bien" no fue con una repregunta, entonces no tenés que volver a hablarme. No es difícil  pero a veces la gente no lo entiende. Y digo gente porque yo no me considero dentro de ese grupo de gente que lo hace (me considero dentro de todo el resto de gente que hace otras idioteces).
Odio que me insistan. Odio que me insistan porque tengo el "No" difícil  no el "Sí" fácil. Y me insisten y accedo y accedo enojada, entonces me tienen que aguantar enojada o algunos no se dan cuenta y siguen con su plan tal como querían y les importa tres velines. A veces el "no" es "No!". Sé que las mujeres tenemos un "No" dudoso y un "Sí" mentiroso a veces, pero ya es hora que se den cuenta (sobretodo el sexo femenino, nos conocemos).
Odio que la gente suba fotos felices al facebook cuando estoy contando que odio muchas cosas. No es que no quiera que la gente no sea feliz, buenísimo si lo sos, pero si no estoy de humor y quiero distraerme un poco no quiere que me refriegues por mi cara tu felicidad. Sos feliz, excelente, pero vos solo, tranquilo, en tu lugar, yo no estoy feliz y no me saco una foto "no feliz" para que los demás se compadezcan o contagien (aunque se contradice con lo que escribo, pero no subo una foto, es una diferencia, o no?).
Y cuando leo "digale no a la coleccionista de bolsas de locales de ropa", mientras escucho de fondo a Ciro, miro hacia mi izquierda y veo una montón de bolsas de locales y.. una montaña de bollitos de bolsas de nylon, peor! Me generó odio y ahora esta de fondo Axel que me genera más odio con canciones dulces. Cúmulo de bolsas es manía de vieja, que me hace acordar a las canas que me salieron últimamente y que tantos odios pueden acercarse al temido comportamiento de vieja.

En fín, todos estos odios no son malos, son parte de las cosas que hacen que seamos humanos. Si no viviríamos leyendo cuentos de princesas y la vida sería así. Pero no lo es. Entonces odiar es algo más de nuestra esencia y contarlo puede ser una causa común para compartir lo muy nuestro, feo o no tanto, como esa bolsa de nylon que tenes guardada, quizás con migas o rota, que cuando la vayas a usar te vas a acordar de mí... y no de una buena forma.
Este nuevo comienzo del blog es, justamente, para recomenzar. Y reanudar caminos no significa que sea todo color de rosa pero sí es una buena forma para estar cerca, desde mí lado más intransigente, de lo que todos alguna vez sentimos.
Gracias Tana Ferro, Violencia Rivas y Liniers, ocasionalmente, por la inspiración, Feli por obligarme, Meldi por el disparador y vos, que si llegaste hasta acá tenés que tener algún odio dando vueltas.
Dale, tíralo.

Noe,

lunes, 28 de noviembre de 2011

Pequeñas cosas que hacen bien

Cuando uno ve fotos se retrotrae en momentos. Me pasó que viendo una de ellas me corrió un escalofrío que se extendió por todo el cuerpo y continuó junto con una canción que me acompañaba en esta tarde de feriado. Se trata de amores, que te acarician el alma, sentándose en la cornisa de tu corazón. Me pasó que conocí un lugar en el mundo donde siempre voy a querer estar, no sé si físicamente será posible pero lo mejor de mi se enamoró de sus calles, se sonrojó en tus atardeceres y brilló en las noches de estrellas cómplices. Se llama Cafayate y es, a mí entender, el aire al que ningún pulmón se debería privar. Y el más dulce recuerdo de mi paso por la fiesta de la Serenata comenzó con una noche de primavera en la que una gran compañera de ruta me invitó a ver una banda y yo, queriendo dejarme llevar por los buenos momentos, accedí. El nombre de la Banda no me lo puedo sacar de encima, se llama “Me darás mil hijos”, y con mucha magia, a través de “Noche Linda”, me invitaron a recordar los más tibios momentos que de este año me quiero llevar. Hay un estribillo que no dejo de repetir

Y al andar

te bajo la luna y me pongo al revés,
camino de manos y río a la vez
y dejo que el aire me lleve,
me lleve ligero a tus pies.”

Este tipo de amores, de gente, de lugares, melodías y otras yerbas son los momentos que te sacan una sonrisa o te enamoran de la vida.

Por muchos más caminos, a la tierra más linda y a las canciones más cándidas, que son simplemente, pequeñas cosas, que hacen bien.

domingo, 30 de octubre de 2011

De anécdotas y algo más

18.30 era el horario. Con Darío llegamos un poco tarde porque yo salí de trabajar a las 18hs. No sabíamos muy bien en que consistía el evento pero nos suscribimos y fuimos, que podíamos perder, pensamos. Cuando nos estábamos acercando con la combi al lugar de destino notamos que comienza a desviarse. El motivo: era un día 27 de Octubre de 2011, aniversario del fallecimiento de Néstor Kirchner[1]
Hace unos meses que con colegas veníamos trabajando en un proyecto de laburo independiente. Teníamos muchas ganas de hacer algo de lo nuestro, esa cosa llamada Comunicación Social y entre mates hacíamos causa común de nuestros deseos y realidades. Una tarde apareció Darío con un hallazgo para compartir: una revista de formato pequeño pero con grandes buenas historias, que recibió en una estación de subte, un día como cualquier otro.
Una vez que bajamos de la combi caminamos a través de la Plaza de Mayo para llegar al salón donde se realizaba el encuentro. Nos dejamos llevar por una inquieta sensación de sorpresa y agrado. Pudimos apreciar a mucha gente que conoció la revista “Oblogo”[2] por casualidad y hubo algo que, fortuito o azaroso, los llevo a participar. Su contenido es realizado con artículos de blogs creados por gente común, como vos o como yo, que cada tanto deciden “chamuyarse” a las obligaciones y hacer un poco de lo que tienen ganas. Ésas ganas de contar anécdotas, retratar imágenes y ponerle palabras o melodías a lo que cada uno siente son algunas de las cosas que se pueden encontrar en blogs. El equipo de Oblogo aprovechó la ocasión para premiar a sus escritores y dibujantes y regalarles un poco de toda esa magia que recrean en cada ocasión. Y la noche no estuvo sola: nos acompañó también la informalidad de sus organizadores, la contrapoesía de Sambayonny[3], las palabras de los ganadores, los paréntesis del jurado y la buena onda de mucha gente.
No sé si hay moraleja de todo esto, la mía es que me volví en el 159 con esa sensación de que fue un día como cualquier otro, en el que fui a trabajar y cuando salí se me ocurrió hacer algo que le agregue valor “simbólico” al día y me encontré con personas en la misma frecuencia, con la brújula guiándonos en un mismo sentido: sumar, celebrar, conocer y redescubrir, para matar a la rutina, ponerle azúcar al día y dejar algo bueno para mí, con lo que viví, o para vos, que lees este artículo o simplemente, te encontraste alguna vez con una Oblogo y estas dispuesto a reírte si, por leerla, te pasaste alguna estación del subte. Al final, valió la pena!


[1]Presidente de la República Argentina durante el período 2003-2007, que fue sucedido por su esposa, la actual Mandataria Cristina Fernández. El 27/10/2011 se conmemoró el primer aniversario de su fallecimiento.
[3] Cantante argentino que utiliza vocablos provocativos y metaforiza con ellos anécdotas de la vida cotidiana. http://www.iwipa.com/iwipa/9311677951?pid=1

martes, 18 de octubre de 2011

Sí puedo pero ... ¿quiero?

“Los objetivos son sueños con piernas, van a alguna parte”[1].

            Hace poquito asistí a una clase de Coaching[2] y mi profesora estaba explicando Análisis Transaccional, una teoría de la personalidad y las relaciones humanas. Para explicar ciertas conductas de los hombres citó algunos ejemplos y en ellos emitió la siguiente frase “yo logro todo lo que me propongo”. El salón quedó en silencio, segundos que llegaban a minutos, hasta que algún compañero reaccionó y pronunció lo que quizás muchos pensamos “pero no se puede lograr todo lo que uno quiere”. Y nuestra profesora insistió “si, se puede”.
Dicen que soñar es gratis pero alguna vez te preguntaste si te permitís soñar, adonde te pueden llevar esos sueños y si alguna vez pensaste en hacerlos realidad? Todos estos interrogantes tal vez naveguen en tu imaginario y no esta mal que así sea o quizás no. Te propongo animarte a ir un poquito más allá y ver que pasa.
O´Connor y Lages explican en su libro Coaching con PNL[3] que en la vida moderna hay que moverse para alcanzar aquello que deseamos pero siguiendo tu propia dirección. Todos pasamos por ese momento romántico de imaginar, algunos más, otros menos, pero, lo fascinante puede convertirse en decepcionante cuando seguimos los sueños y caminos de otros. Por este mismo motivo, no hay laberinto más aterrador pero seguro que el de buscar tu propio sueño y trazarlo con tus zapatos. Los autores realizan una guía que funciona únicamente cuando se te cruza una vaga idea en la cabeza, la tratas de desechar y te das cuenta que vuelve y vuelve y el tiempo te demuestra que deseas hacerla carne y hueso. La escalera para alcanzar ese deseo podría subirse así: 
Primer Escalón: expresa esa idea, sueño u objetivo en términos positivos.
Segundo Escalón: delimítala y hácela lo más especifica posible (el refrán dice “lo bueno, si breve, dos veces bueno”[4]).
Tercer Escalón: comenzá a moverte, realizá alguna acción para ese deseo y observa que resultado tuviste, como progresa o no con cada paso dado.
Cuarto Escalón: analizá con qué recursos contas y con cuales no, enumeralos.
Quinto Escalón: Tenes que ser proactivo, moverte, moverte y moverte. Camina hacia lo que queres, no esperes.
Sexto Escalón: pensá los pros y contras que tiene lograrlo.
Y Séptimo Escalón: elaborá un “plan de viaje”, es decir, los pasos que tenes que dar para alcanzarlo.
            Cuando la profesora nos dijo que “sí se puede” nos dió la llave que tenemos colgada en el llavero y a veces no usamos: nos explicó que soñar destinos imposibles no nos lleva a nada, solo a “la nave del olvido”[5] pero si nos proponemos objetivos que existen en un universo cercano vamos a poder tenerlos con nosotros, tarde o temprano. Sería como soñar con los ojos abiertos.         
            Si funciona o no, la verdad, no lo sé pero sí te puedo decir que tengo la sensación que algo bueno va a salir de todo esto. Probar no cuesta nada y soñar menos, no? 



[1] Joseph O´Connor y Andrea Lages en Coaching con PNL, Programación Neurolingüística. Ediciones Urano. Año 2005. http://www.buscalibros.cl/coaching-pnl-oconnor-joseph-cp_1758297.htm
[2] Coaching: Es un conjunto de habilidades que ayudan a mejorar el rendimiento profesional, desarrollar una nueva habilidad o resolver un problema. Veáse en Introducción de  Coaching con PNL, Programación Neurolingüística, de Joseph O´Connor y Andrea Lages.  Ediciones Urano. Año 2005.
[3] Idem 1.

lunes, 10 de octubre de 2011

Mandatos divinos. Parte I.

Llegó el fin de semana y tengo un nuevo cumpleaños al que asistir. Es un sábado al mediodía, que, entre la fiaca de toda la semana y la trasnochada del viernes tardo en encender los motores. Logro pegarme una ducha, elegir que me voy a poner y salgo rumbo a la cita, en la hora indicada (me gusta la puntualidad, no te lo voy a negar). Llego y saludo a la nena de mi amiga, en este caso la cumpleañera, y a toda su familia, la que me invita a sentarme y me convida con un sanguchito y algo de tomar. Ni bien me saludan escucho el primer comentario de uno de los comensales “¿Como estas tanto tiempo?”, ¿Cómo están tus cosas?, ¿Y, conseguiste novio?”. Chan, comienza la odisea.
Existen mandatos divinos que, a medida que pasa el tiempo, o nuestro tiempo, comienzan a ser vital en nuestras vidas (o a veces en los demás más todavía): “¿Tenes novio?”, “¿Trabajas?”, “¿Estudias?” y “¿Qué hacés de tu vida?”, para nombrar algunos. Vamos a entretenernos con el primero nomás. “No, no tengo” respondo al que me pregunta. Imaginate posibles preguntas de los que no veo tan seguido “¿y que pasó con el anterior? (que es lo más leve si no me dejó y lo estoy llorando no? ). Después viene un “¿A quién le podemos presentar? Y yo digo “no, gracias, no necesito”, que no sé si no necesito pero no quiero escuchar nada más al respecto y en lugar de dejarme tranquila  el papá de mi amiga me dice “yo tengo un compañero de 45 años que la tiene toda”. Ah bueno, te lo agradezco pero no. La verdad muchas cosas no se me ocurren para contestar pero aclaro que tengo 27 años, que estoy bien así y disfruto mucho de la vida y las pequeñas cosas. No conforme con eso, el abuelo de mi amiga aprovecha la ocasión para arrojar un clásico chiste de salón “Tengo uno para presentarte que le dicen casa en construcción”, a lo que contesto porqué y el simpático señor aclara “porque no tiene el comedor hecho” (risas y sí, te tenés que reír).
Y después de esta hermosa parodia me pregunto si realicé algún comentario alusivo al tema o tengo la apariencia indicada para que surja esa charla. Puede ser que sí o puede ser que no. Lo importante es que si estas llegando a los treinta o ya los pasaste y estas feliz porque te independizaste, te compraste tu primer auto, conseguiste “el laburo” o estas juntando plata para hacer ese viaje que tanto tenés ganas generalmente van a pensar que si no éstas con alguien no vas a estar mejor.
¿Por qué?, ¿Por qué tiene que ser así? Porque todos nos ponemos grandes y los más grandes acentúan esas creencias que a ellos les inculcaron y que a vos también te empiezan a hacer ruido, no lo vamos a negar. Pero sabés que es lo que importa, que si estás en una situación parecida y te hace divagar un poquito en esa cuestión sepas reírte y te sientas feliz con todas esas cosas que tenes y te dan placer. Lo demás, llega cuando tiene que llegar, si es que lo estás buscando (también podemos no buscarlo no?).
Ahora, si pasa mucho tiempo y nada se dá siempre se puede pedir el teléfono del de 45 años no? Porque el del que le falta el comedor es muy fuerte.
Transcurre el mediodía, aprovecho para saludar a los que me faltan y en la sumatoria de charlas me doy cuenta que ya se hizo la tarde y la hora de partir. Me llevo charlas amenas, algunas de compromiso y más comida de la que pensaba comer.
Termino el último mate y me voy, entre risas e intrigas. Creo que te lo dicen con un poquito de envidia también no?
Buena vida,